Biblioteca Nacional Digital: patrimonio a solo un clic
Lunes 4 de febrero de 2019, Daniela Silva Astorga, Cultura El Mercurio
Más de 280 mil archivos ofrece la plataforma web de nuestro principal centro bibliográfico, que cumple cinco años. Aquí, los logros y pendientes de esta plataforma, que depende del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
Aunque ya a comienzos de los años 2000 la Biblioteca Nacional (BN) cimentaba su presencia en la web -con los populares sitios Memoria Chilena y Chile para Niños-, el salto decisivo ocurrió en 2013 con el estreno de la Biblioteca Nacional Digital (BNd).
Era una plataforma virtual pionera, que, a modo de gran paraguas, aglutinaría la oferta de esas dos páginas de contenidos editorializados con todos los demás recursos digitales de la institución. Desde entonces, y a través de una sola búsqueda, los usuarios podrían acceder no solo a referencias de títulos del catálogo, sino que también a miles de documentos, imágenes, videos o audios en formato digital. Archivos que, además, quedaban disponibles para descarga gratuita, si estaban en el dominio público. La iniciativa se lanzó durante los festejos por los dos siglos de la BN.
Han pasado cinco años desde ese hito y el crecimiento del sitio Bibliotecanacionaldigital.cl -cuyo presupuesto anual es de $200 millones- ha sido exponencial, según cuenta Roberto Aguirre (1968), quien está a su cargo como jefe del Departamento de Colecciones Digitales de la BN. «Ahora -explica- ofrecemos más de 280 mil archivos. Como vamos subiendo todo lo que digitalizamos y recibimos en donación o por depósito legal electrónico, nuestra oferta ha crecido en un 10% cada año».
Frente a las visitas, si durante su primer semestre de funcionamiento recibieron a 28.285 usuarios, actualmente se contabilizan más de 40.000 visitantes al mes. Una masa que, durante 2018, descargó gratis más de 108 mil archivos y visitó 1.394.084 páginas desde la plataforma, cuyo espacio de almacenamiento actual es de 300 TB ( terabytes ).
Múltiples contenidos
«La BNd es un pilar fundamental de la Biblioteca Nacional, porque fomenta la democratización del acceso a valiosas colecciones», comenta Carlos Maillet, director del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, del que depende la institución.
Y basta ingresar al sitio para verse enfrentado a un monumental universo de contenidos -tanto, que la búsqueda puede ser compleja-. Como referencia, al escribir Vicente Huidobro en la barra de exploración, aparecen más 660 resultados, la mayoría manuscritos y recortes de referencias críticas.
Mientras que al teclear Valparaíso, el volumen es incluso mayor: más de 8.400 documentos digitales, entre fotografías, textos, videos, manuscritos y audios. Y asimismo, buceando, es posible hallar -entre miles de cosas- un manuscrito de «Alamiro» (1965), de Adolfo Couve; cartas de Carlos Pezoa Véliz, y partituras de Ramón Carnicer. O explorar la oferta de 14 fondos y colecciones, junto con el Archivo de la Web Chilena -que rescata, antes de su desaparición, sitios de relevancia histórica-, una rica sección de mapas, y Memoria Chilena o Chile para Niños. Siempre, ante dudas, está disponible un bibliotecario en línea.
«La riqueza de la Biblioteca Nacional Digital es que muestra todo lo que tenemos en las colecciones -entre investigaciones, sitios de contenidos, documentos, imágenes, registros audiovisuales y sonoros-. Pero también existe la opción de pesquisas acotadas. Por ejemplo, al indagar en el Archivo Fotográfico se encuentran solo imágenes», afirma Aguirre. Y lo mismo ocurre al aplicar filtros de consulta.
Lo que muchas veces se extraña al buscar son los libros: aparecen menos títulos históricos de los que el usuario quisiera. Y aunque eso depende de si los libros están en el dominio público o no -como para poder escanearse y estar en línea-, también se ve determinado por un déficit de la plataforma: todavía falta enlazar de manera más fina los contenidos de la Biblioteca Nacional Digital con los de, por ejemplo, Memoria Chilena.
Así, como referencia, el volumen «Chile arte actual», de Milan Ivelic y Gaspar Galaz, solo aparece en este último sitio -descargable gratuitamente-, y no así en la plataforma madre.
Al respecto, Aguirre comenta: «Estamos trabajando para mejorar las conexiones entre los sitios, porque los cruces de información son muy importantes para el usuario. Entonces, en los contenidos de Memoria Chilena estamos incluyendo un link de bibliografía complementaria que lleva a la Biblioteca Nacional Digital (lo que se puede ver ya en el minisitio ‘Prensa escolar’), y, viceversa. Es una tarea que emprenderemos durante 2019». Junto con la creación de un servicio OAI (Open Archives Initiative), para la transferencia de datos que podrán ser utilizados por otras bibliotecas.
Otras mejoras recientes, con las que se celebraron los cinco años de la BNd, son la inclusión en la web de los archivos de Literatura Oral y de Láminas y Estampas, y la implementación de un nuevo visor, que permite examinar de manera más cómoda y nítida los archivos.
«Pero este nuevo visor también soluciona los problemas de compatibilidad que teníamos con algunos navegadores, mejora el despliegue de los archivos en los celulares, y presenta, muy a mano, los metadatos y la información del catálogo bibliográfico. Ahora, con el formato TIF Piramidal, que es de gran calidad y no tanto peso, es posible hacer zoom y mirar con más detalle», comenta, contento, Aguirre.
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