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Observatorio del Libro y la Lectura U. de Chile interpela a candidatos presidenciales a incorporar la cultura del libro a sus programas

Académicas y académicos, escritoras y escritores, figuras del mundo editorial e intelectuales que conforman el consejo de esta instancia universitaria, publicaron una misiva que promueve, entre otras cosas, impulsar una cultura del bien común a través de una estrategia sistémica.

Diario Uchile, Jueves 2 de septiembre de 2021.

¿Podremos encaminarnos a ensanchar la democracia, sin sujetos reflexivos, activos y críticos? ¿Podremos mejorar nuestra educación sin elevar los niveles de comprensión lectora? ¿Podremos romper el cepo que nos limita a ser fundamentalmente exportadores primarios, sin fomentar una ciudadanía creativa y productora que pueda potenciar toda la riqueza de nuestras mentes? ¿Podremos recuperar los sentidos de comunidad sin democratizar el habla en la sociedad chilena?

Estas son algunas de las interrogantes que plantea la carta elaborada y suscrita por el consejo del Observatorio del Libro y la Lectura (OLL) de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile y dirigida a los siete candidatos y candidatas presidenciales – Yasna Provoste de Unidad Constituyente, José Antonio Kast del Partido Republicano, Gabriel Boric de Apruebo Dignidad, Sebastián Sichel, de Chile Podemos Más, Eduardo Artés del Partido Unión Patriótica, Franco Parisi del Partido de la Gente y Marco Enríquez-Ominami del Partido Progresista de Chile- donde se les solicita y recomienda cómo incorporar en su programa de gobierno a la cultura, al libro y la lectura.

Dentro de los ámbitos generales, el OLL propone abordar los temas culturales, que son complejos, no con un listado de medidas, por más emblemáticas que puedan ser, sino con una estrategia sistémica que aborde todo el ecosistema cultural, una acción pública en cultura orientada a generar una profunda democratización cultural, posibilitando que todas y todos puedan participar de ella y enfrentar la concentración en las industrias culturales, la que asigna a los países del sur el papel de simples consumidores de la producción intelectual de países del norte, promoviendo la creación, la producción intelectual y la cultura local, con toda su diversidad, revirtiendo el dominio del colonialismo cultural.

Además, dentro de las acciones concretas en torno al área del libro y la lectura que plantea el OLL destacan:

  • Fortalecer e implementar participativamente la Política Nacional de la Lectura y el Libro 2022-2026
  • Levantar iniciativas y proyectos de Bibliotecas Populares en poblaciones, barrios, sindicatos y universidades.
  • Legislar en favor de un IVA diferenciado para el libro que hemos calculado debe estar entre el 4% y 7%.
  • Aplicar de manera efectiva la medida de la PNLL 2015-2020, que establece una presencia de un mínimo de 60% de producción local en las compras de todo programa público que considere la adquisición de libros.
  • Fomentar la publicación y circulación de breves obras bilingües, escritas por autoras/es indígenas en sus lenguas originarias o escritas inicialmente en castellano.
  • Actualizar la Ley del libro y la lectura del año 93 a los nuevos tiempos.

En el documento, el consejo del OLL se compromete además a colaborar en la implementación de estas propuestas concretas, reafirmando su compromiso con la nueva Política del Libro y la Lectura y sobre todo con los anhelos de construir una sociedad más justa y humana, que son la base del proceso constituyente que vive el país.

Revisa la carta aquí.

Investigación expone las abismantes brechas en gastos y políticas del libro y la lectura

El Observatorio del Libro y la Lectura de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile presentó la investigación Brechas en el ecosistema del libro del autor Andrés Fernández Vergara. En el análisis, el investigador aborda los problemas existentes en la política nacional del libro y plantea una serie de soluciones para superar un panorama marcado por la desigualdad y la concentración de las compras públicas.

Abril Becerra, Miércoles 14 de julio de 2021, Radio Universidad de Chile.

“No basta con decir lo que vamos a hacer. Hay que proporcionar los recursos y usarlos de forma eficiente”. Esta es una de las advertencias que realiza el investigador del Observatorio del Libro y la Lectura (OLL) de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, Andrés Fernandez Vergara, en el libro Brechas en el ecosistema del libro:  gasto y política pública en Chile.    

El texto fue presentado este miércoles en una actividad virtual, en la que participaron María Eugenia Domínguez, Coordinadora Académica de OLL; Andrés Fernández Vergara, autor e integrante del Comité Académico de OLL; Constanza Symmes, también integrante Comité Académico de OLL; y Paulo Slachevsky, editor de LOM y Consejero OLL.

Así, en dicha oportunidad, los exponentes reflexionaron sobre uno de los puntos relevantes de la investigación, es decir, cómo se vincula el gasto público con el fomento lector en Chile. En esa línea, la profesora María Eugenia Domínguez celebró la investigación e indicó que su aporte es fundamental para trazar los lineamientos de la próxima política del sector. 

“Estamos presentando una publicación que examina e interpela el gasto público en Chile y establece cómo éste no se corresponde con políticas explícitas. Hay una disonancia profunda y, por lo tanto, un ecosistema alterado en términos de lo que el Estado gasta en compras públicas, programas de fomento y su relación con las estrategias para el libro y la lectura”, dijo la académica. 

El texto Brechas en el ecosistema del libro cuenta con cinco capítulos en los que el autor transita por temas como la historia del gasto público en cuanto a la promoción del libro y la lectura, la composición del gasto público del sector y la Política Nacional de la Lectura y el Libro 2015-2020, entre otros. 

De esa manera, Andrés Fernández Vergara advierte que el “ecosistema del libro” es algo que ha existido siempre, no así su estrategia de promoción: “No hay que dar por sentado que exista una estrategia nacional para el fomento del libro y la lectura, porque es algo muy reciente. A partir de los ‘90 recién empiezan a entrar los recursos para el fomento de la lectura en general”, sostuvo al presentar el texto.

Durante su presentación, el investigador también señaló que el análisis arrojó datos preocupantes respecto de las brechas existentes en el sector. Así, indicó que es posible observar que las compras públicas se concentran en un grupo específico de editoriales y que hay un número importante de regiones que no cuentan con bibliotecas públicas. En esa línea, el análisis reveló que un 10% de los proveedores se llevan el 80% de las ventas. Mientras, respecto del los textos escolares, sólo tres editoriales se llevan el 70% de las ventas. 

“Claramente, existe una brecha entre la política nacional y el gasto público. La política busca y fomenta la participación, el acceso a la lectura, la diversidad cultural y territorial y, en cambio, el gasto público, que es este motor del fomento, este motor de la democratización, va para otro lado. Entonces, tenemos la política y el gasto público y claramente van en direcciones opuestas”, comentó el investigador. 

“Lo que muestra este libro es que el gasto público apunta hacia la concentración y no hacia los objetivos de la política nacional. Entonces, la reflexión en torno a la eficiencia tiene que ver con mejorar este gasto, apuntar hacia los círculos virtuosos”, agregó. 

Por su parte, Paulo Slachevsky, editor de LOM y Consejero OLL, destacó el aporte del título, sobre todo cuando “los debates en torno a la lectura y el libro son, una y otra vez, tema de tercer orden en la agenda pública y en las políticas públicas”. 

“Estudiar críticamente el gasto público en el ecosistema del libro, por más que conlleve bucear en cifras y gráficos, no se reduce a un tema de carácter técnico. Menos a un tema neutro. La democratización del libro en nuestras sociedades es una condición necesaria para tener democracias participativas con sujetos despiertos, activos”, dijo el editor. 

“Es importante entender el rol motor que tiene el gasto público en el libro, como la construcción de rutas y caminos en el desarrollo de un país y de los impactos cruzados a estas acciones en el ecosistema del libro y la educación. El Estado, al comprar libros, al gastar en el libro y la lectura, y al socializar el libro y la lectura, posibilita diversos efectos multiplicadores de sus acciones”, apuntó. 

El libro Brechas en el ecosistema del libro:  gasto y política pública en Chile fue publicado por Lom y ya se encuentra disponible en librerías. También puede ser adquirido por medio del sitio Web de la editorial. 

Plan Nacional de la Lectura: seminario virtual reúne a más de 60 especialistas ligados al fomento lector

Durante cinco días, el encuentro ofrecerá una conversación inaugural con la participación de la periodista y escritora argentina Leila Guerriero, nueve conferencias, seis paneles de discusión, entrevistas a especialistas y talleres en los que se podrá participar de manera gratuita previa inscripción.

Viernes 13 de noviembre 2020, Diario UchileRadio Universidad de Chile.

Entre el 23 y el 27 de noviembre, el Plan Nacional de la Lectura realizará el seminario virtual Leer, crear, mediar en el que participarán más de 60 autores, mediadores, académicos, agentes culturales y especialista, que reflexionaran sobre la lectura, la creación y la mediación en medio de un contexto que propone cambios profundos, que implican acciones de transformación para responder a las necesidades culturales, educativas y emocionales de las comunidades hacia el futuro.

Con este seminario, el Plan Nacional de la Lectura busca reforzar la importancia y el valor de la lectura en tiempos actuales, como una práctica individual y colectiva, que permite desenvolverse con autonomía, creatividad y espíritu crítico en diversos contextos. Para conseguir este objetivo el seminario consta de una conversación inaugural, nueve conferencias, cinco paneles de discusión, cinco entrevistas a especialistas, 10 talleres y tres Diálogos en Movimiento, instancia en las que se podrá participar gratuitamente previa inscripción.

“Además de los objetivos que nos presenta repensar la lectura en el contexto actual, con este seminario, buscamos entregar herramientas de mediación que contribuyan con las necesidades formativas de los distintos territorios y en la implementación de los planes de lectura regionales”, señaló Karla Eliessetch, coordinadora nacional del Plan de la Lectura.

La periodista argentina Leila Guerriero, editora para América Latina de la revista Gatopardo y columnista del diario El País de España, junto a Paz Balmaceda, editora en Penguin Random House Chile, serán las encargadas de inaugurar el seminario con la conversación Cómo se forma un lector, el lunes 23 de noviembre a las 10 de la mañana.

Los ejes principales de este encuentro, entre ellos, la diversidad cultural, el género, los territorios, las prácticas y los formatos de lectura, la mediación y las lecturas de hoy, se abordarán mediante nueve conferencias, entre las cuales destacan Abrazos de palabras: literatura en tiempos inciertos, con la escritora colombiana Yolanda Reyes; ¿Cómo se representa a los niños y niñas afrodescendientes en la literatura chilena? con la periodista Wielka Aspedilla, integrante de Negradas, Red de Mujeres Afrodiaspóricas; Literatura indígena, con la poeta, narradora y educadora tradicional mapuche Libertad Manque; e Ilustración como practica del movimiento feminista, de la ilustradora Sol Díaz.

En los paneles de discusión se tratarán entre otros temas la lectura en tiempos de crisis, las mujeres y la creación, las políticas públicas en lectura, y contarán con la participación de los escritores Elicura Chihuailaf, Andrea Jeftanovic, Gabriel León, Julieta Marchant, Nona Fernández y Lina Meruane; y especialistas como Alejandra Stevenson, Salvador Young, Claudia Olavarría y Paula Larraín.

Por su parte, los talleres serán una instancia de formación e intercambio que contará con el ilustrador Gonzalo Martínez y su Introducción a la historieta; el escritor Francisco Ortega y su especialidad en Mitos y leyendas chilenas; la académica Denis Abarca y el Taller de acercamiento a la cultura sorda; el mediador de la lectura Claudio Aravena y la Diversidad sexual en la literatura infantil y juvenil; y la ilustradora Marcela Trujillo (Maliki) en la temática del Cómic autobiográfico, entre otros.

Así también, en la serie de entrevistas que se realizarán durante el Seminario, destacan la dramaturga y actriz Isidora Stevenson, quien se referirá al feminismo en los discursos culturales chilenos; el académico e investigador Felipe Munita, cuya entrevista tratará sobre mediación y formación de lectores; y el escritor Ramón Diaz Eterovic, quien se referirá a misterios, enigmas y detectives en la literatura.

El programa Diálogos en Movimiento del Plan de la Lectura ofrecerá además tres encuentros con autoras ganadoras del premio Mejores Obra Literarias que concede anualmente el Consejo del Libro. Entre ellas Arelis Uribe y su libro de cuentos Quiltras, con la mediación de Francisca Werth; Carla Zúñiga y su obra Yo también quiero ser un hombre blanco heterosexual, mediado por Ana Corbalán; y María José Navia y su libro Una música futura, con la mediación de Marcela Parra.

El programa completo del seminario, las reseñas de todos sus expositores y las inscripciones a las conferencias, paneles, entrevistas y talleres están disponibles aquí.

Con aforo limitado y sanitización de colecciones: así será la nueva vida de la Biblioteca Nacional

Este martes el centro bibliográfico anunció el inicio de su reapertura. El proceso se realizará de manera paulatina y considera un aforo de 25 personas con inscripción previa. El horario de atención será de martes a jueves entre 10:00 y 14:00.

Abril Becerra, Martes 27 de octubre de 2020, Diario Uchile Radio Universidad de Chile.

A mediados de marzo, la Biblioteca Nacional de Chile, al igual que un sinnúmero de instituciones culturales, debió cerrar sus puertas producto de la pandemia. Con ello, el espacio inició una etapa inédita en su historia, suspendiendo gran parte de sus actividades proyectadas para 2020 e iniciando una labor virtual que le permitió elaborar contenido específico para plataformas como Facebook, Twitter e Instagram. 

Este martes, no obstante, el centro bibliográfico anunció la reapertura paulatina del espacio, inaugurando así una nueva etapa que estará marcada por la aplicación de un protocolo de seguridad desarrollado especialmente para el lugar. 

Este plan considera una reapertura parcial en la que sólo podrán visitarse la Sección Periódicos y Microformatos y el Salón de Investigadores. La medida comprende un aforo máximo de 25 personas, quienes deberán inscribirse de manera previa a su visita con 48 horas de anticipación y escribiendo a  biblioteca.nacional@bibliotecanacional.gob.cl, así como el uso obligatorio de guantes y mascarillas. El horario de atención será de martes a jueves entre 10:00 y 14:00.

“La Biblioteca implementó un plan de reapertura parcial que nos permite atender dos áreas que, de alguna manera, tienen más demanda y son las más requeridas. La gente va a tener que salir cada cierto tiempo del espacio para sanitizar y eso por las recomendaciones de Salud. Son medidas que hay que ir tomando y para eso la Biblioteca dispone de un equipo de mantención que está permanentemente haciendo la limpieza correspondiente”, explicó Pedro Pablo Zegers, director de la Biblioteca Nacional. 

“Desde octubre del año pasado la Biblioteca ha sido un tiempo complejo, porque tuvimos un periodo de cierres intermitentes. Ha sido bastante complicado ofrecer los servicios que la gente pide. Haber tenido la Biblioteca cerrada durante tanto tiempos nos ha afectado”, manifestó el director de la institución que depende del Servicio Nacional del Patrimonio.

El plan también incluye la sanitización de los materiales a revisar. Al igual que los libros que se solicitan, los objetos analizados deberán ser aislados por un periodo de tiempo: “El material que se utilizará, ya sea diarios, revistas o periódicos tiene que quedar en cuarentena una vez que se utilizó. Eso implica dejar el material almacenado en bolsas hasta que se termine el proceso que demanda, técnicamente, la autoridad sanitaria”, dijo Zegers, añadiendo que también pueden haber retrocesos en el protocolo.   

“Nada es cien por ciento seguro. Ha pasado en las mejores partes del mundo, con los mayores recursos. Por eso quisimos partir de manera muy acotada y muy precaria en términos de cantidad de público”, puntualizó. 

Pedro Pablo Zegers también comentó que durante el periodo de confinamiento la Biblioteca Nacional logró mantenerse activa de acuerdo a un trabajo digital en el que los servicios virtuales de la institución, como Memoria Chilena y Chile para Niños, alcanzaron un peak de visitas, llegando a los 3,5 millones entre enero y junio.  

La Biblioteca permaneció físicamente cerrada, pero abierta a nivel de las redes. Hay que pensar que la Biblioteca tiene una buena parte de sus acervos, quizás los más importantes, digitalizados y en línea, lo que ha permitido que una buena parte de las consultas se hagan vía remota”, dijo Zegers. 

El director de la institución también señaló que la reapertura de la Biblioteca impacta de buena manera el trabajo que realizan los investigadores e investigadoras del país: “Hay gente que vive de la Biblioteca Nacional”, indicó, agregando que cualquier reapertura mayor requiere de una evaluación de acuerdo a los estándares manejados por la autoridad sanitaria. 

No obstante, manifestó que en el corto plazo el centro bibliográfico seguirá activo y de la mano de una agenda que combina actividades presenciales y virtuales. Así, lo más inmediato es la inauguración de una muestra dedicada al quinto aniversario del descubrimiento del Estrecho de Magallanes y la edición de los nuevos tomos de la obra reunida de Gabriela Mistral.

“La Biblioteca sigue trabajando de manera silenciosa, pero de manera muy intensa”, cerró el director de la entidad.  

¿Quién salva a los libros?: la pequeña industria editorial resiste ante la pandemia

Relegadas por el Gobierno, las editoriales independientes ven opciones de supervivencia en la digitalización, la asociatividad y las compras estatales. “Es el contenido lo que nos permite alejarnos de la desesperación”, recalca la editora de Saposcat, Marcela Fuentealba.

Eduardo Andrade, Diario Uchile Radio Universidad de Chile, Martes 21 de abril de 2020.

Publicaciones postergadas incluso desde la época del estallido social y una notable disminución en sus ventas es lo que ha marcado el panorama de los últimos meses para las editoriales independientes del país.

No hay que ser bastante observador para darse cuenta de que, durante el primer semestre del año, la pequeña industria editorial va cocinando siempre el material que suele ir saliendo de pocos llegado el invierno, para luego repercutir con mayor fuerza en las ferias aglomeradas en los últimos meses del año.

“Detuvimos por completo el plan de publicaciones a la espera de tener algún tipo de certeza respecto a cómo se vienen las cosas”, asegura, por ejemplo, el editor de Montacerdos, Luis López-Aliaga, en conversación con nuestro medio.

Eran doce los libros que una de las independientes con mayor crecimiento en los últimos años pretendía publicar en el transcurso del año, 6 de ellos durante el primer semestre. Las dudas: la posibilidad de que eventos masivos como las ferias queden prohibidos en su totalidad durante el 2020, además de las dificultades en la distribución a través de librerías.

Eso sí, asegura López-Aliaga, la incertidumbre es un terreno bastante conocido para este rubro.

“Como editoriales pequeñas, independientes, estamos siempre conviviendo con esa vulnerabilidad. Tenemos cierto entrenamiento al respecto, pero en una situación extrema con esta, además, se exponen algunos flancos más débiles y se tiene que estar abusando del ingenio para sortear situaciones difíciles”.

Ante esto, el también autor de Mundo salvaje recalca la poca iniciativa estatal que ha existido respecto de apoyar a la pequeña industria editorial. “No se trata solo de plata, que es necesaria, sino también de utilizar en momentos como este, cierta flexibilidad o sentido común que es muy raro de la burocracia”, agrega.

Una situación similar es la que vive Elefante, una pequeña editorial chileno argentina, que empezó a funcionar en 2018, y que, para este año tenía considerada la publicación de cuatro libros (3 poemarios y una novela).

José Rocuant, editor de Elefante que reside en Buenos Aires, dice que el proceso de crisis también ha permitido repensar estos planes y optar por decisiones que tienen que ver, por ejemplo, con dejar de tercerizar el diseño de sus publicaciones. Algo que ha ayudado a que puedan sentirse más conformes con el producto final.

Asimismo, Rocuant asegura que el mundo de lo digital es también una opción para seguir subsistiendo.

“Estamos digitalizando todo lo que es viable. La coma, que fue nuestra primera publicación inédita, ya está disponible vía Amazon. Tenemos digitalizado todo lo que va a salir y lo iremos subiendo conforme vayamos publicando. Ahora me encuentro también digitalizando para otras editoriales, hay varias siguiendo esa línea que en otros países tiene un mercado muy grande”, comenta.

Marcela Fuentealba, editora de Sapostcat, mira con cierto recelo a esta opción. Y es que, pese a la posibilidad de digitalizar sus publicaciones, el dato duro, el que tiene que ver directamente con las ventas, tampoco respalda a la pequeña industria editorial (las ventas apenas alcanzan el 20 por ciento de lo acostumbrado). “Si ya los libros son marginales, los libros digitales son más marginales aún. Por ahí la salida no está ni de lejos”, sentencia.

“En la política del libro que se ha desarrollado en Chile, hay una recomendación para los organismos del Estado que compran libros -el Ministerio de Educación y el Ministerio de las Culturas-, y tiene que ver con que el 60 por ciento de lo que compren para los planes de lectura sean chilenos. En la última selección del Centro de Recursos para el Aprendizaje (CRA), el 70 por ciento son editoriales de afuera y sobre todo españolas”, critica Fuentealba.

Aunque asegura que son conscientes de que no son un producto de primera necesidad, para la también exacadémica de la Universidad Diego Portales, el ecosistema de editoriales independientes de Chile, lejos de la victimización, ha sabido generar muy buen contenido en los últimos años, algo que es altamente indispensable en épocas de confinamiento.

“Es el contenido lo que nos permite alejarnos de la desesperación”, recalca.

Respecto de la compra de libros, esta es una iniciativa que, si bien podría estar incluida dentro de la propuesta del Ministerio de las Culturas, que considera destinar 15 mil millones de pesos para el fomento de la producción artística en el país, lo cierto es que no existe claridad sobre si, a partir de la crisis, les darán prioridad en las compras estatales de libros o al menos mayor agilidad en los procesos.

Sobre esto, el fundador de le editorial Hueders y actual director del Fondo de Cultura Económica (FCE), Rafael López, asegura que el plan del Ministerio de las Culturas, que considera además un catastro del sector, continúa aplicando “viejas lógicas que no dan resultado”, una crítica que también incluye a la compra de libros.

“Creo que ahora lo importante sería repensar lo que se hacía, más que dar más dinero a lo que ya se hace. Hace mucho tiempo que no impacta nada, pese a que nos den algunos fondos. No se hacen librerías de barrio, no se hacen mediatecas, no se genera mediación lectora, todo es compra de libros que nadie sabe muy bien a dónde van”, señala López en conversación con nuestro medio.

En el análisis de López, el impacto de la crisis generada por el coronavirus será mayor en la mediana que en la pequeña industria editorial. Sin embargo, enfatizó que dentro de ellas prime también un criterio de asociatividad, que permita a toda la cadena continuar con la circulación de libros independientes en el país. “Si los libreros no pagan, si los editores no producen, no tiene sentido las políticas que existan”, remata.